EL ATRASO

Es horrible estar con atraso… no se tiene ni un minuto de paz. Aunque uno se distraiga con otras cosas, como el trabajo o los estudios, siempre está esa estática molesta en el aire, esa intranquilidad constante de arrepentimiento y el círculo mental sin fin que es tratar de descifrar que es lo que no debiera haber hecho.
Cuando uno está con atraso no se tiene ni un minuto de paz. Vanamente uno trata de distraerse en cosas cotidianas como el estudio o el trabajo, lavar la loza, etc., pero siempre está encima esa estática incómoda de estar con atraso, y uno se encuentra de repente de la nada hablándose solo, retándose por los error estúpidos que ya no tienen remedio. Rezar nomás para que el cagazo no tenga mayores consecuencias y jurar de guata que nunca, nunca más.
Cuando uno está con atraso es como estar con insomnio, no se duerme bien y no se está bien despierto.
Bueno yo nací con atraso. Nací tarde y tuvieron que, prácticamente, arrastrarme a este mundo. No me tomó mucho tiempo darme cuenta por qué no quería nacer acá, en un mundo de monos egoístas auto cínicos, carente de lógica y que por supuesto, yo era parte integral de ellos, nosotros. Pero peor aún; ya cuando me pegaban en el jardín infantil me di cuenta que había algo que me faltaba, algo que yo hacía o dejaba de hacer que enfurecía a los demás. Sumémosle a eso, que mis capacidades lingüísticas y lógico-analíticas eran avanzadas para mi edad: paliza doble por ser raro y por decir palabras complicadas en una sintaxis correcta. Me pongo en el lugar del otro: “Le pego porque es huevón, porque se cree la raja y porque parece no reaccionar a la violencia, o sea, porque puedo”. Pero eso último era, lo entiendo ahora, porque estaba atrasado. Todas mis reacciones tenían que primero pasar por mi mente para expresarse. Recibo un estímulo, lo analizo y actúo según la lógica, simple, pero inservible. Cuando me di cuenta que la mitad de las cosas a mi alrededor carecían de lógica ya era tarde, nunca pude responder a la violencia gratuita, porque al ser gratis me dejaba pasmado. Lo que me faltaba era un problema fisiológico: síndrome de carencia de instinto animal y capacidad emocional. Seguramente en algún futuro cercano eso sea una patología descrita, o una combinación de ellas, pero yo creo que no es tan así de simple. Tiene que haber algo mas que el autismo y la química para explicar la vida…
Si había algo que me deleitaba y me retorcía el corazón (metáfora para una sensación pasajera de tipo espasmódica en la cavidad pleural): eran las niñas. Me fascinaba cada uno de sus detalles y cada uno de sus movimientos tenía algo de interesante, las niñas, después mujeres, parecían ser movidas por una fuerza divina infinitamente bella. Pero la lógica destruyó rápidamente mi esperanza de mejorarme: sólo me deleitaba porque era algo que no podía poseer. Todos buscamos belleza y la hay en donde quiera que uno mire con interés, pero también todos queremos poseer la belleza y así, destruirla.
…
Con la experiencia algo mejoró. Era cosa de analizar patrones y extrapolar. La respuesta adecuada, el gesto adecuado, la palabra adecuada para conseguir el resultado esperado. Todos contentos. Una vida actuada puede ser hilarante, es como una broma personal sin nadie con quien compartir la risa, fue agradable, por un tiempo, hasta que el tema de la sinceridad se tornó importante. Encontraba que era el único medio para conocernos entre nosotros, pero tenía un costo alto: bajar las defensas, mostrar el miedo y lo más burdo de uno mismo, a cambio de contacto…contacto real.
En el choque murió ene gente, varios que yo conocía, y yo quedé ileso, siendo que recibí el impacto de frente. Algo hice mal o dejé de hacer, la cosa es que la muerte se me pasó. Y yo me siento normal, ni bien despierto ni dormido. Los médicos no se lo explican pero no usaron la palabra milagro. La gente se empieza a cansar de que yo ande por aquí sin morir a mis 232 años. Por suerte o por desgracia, mi aspecto es de 30 años, siempre fue así, desde chico, si no seguramente me quemarían vivo por envidia…y yo me río de ellos, de que hasta envidian una maldición, solamente por ser algo único, diferente y especial...